es una sustancia de pies desnudos y dementes
maniática en decadencia y bestia,
una mujer tierna y viva…
¿qué importa morir volando?
Su movimiento no tiene un retorno triste
pero tiene miedo, mucho miedo
a no arriesgarse, a no caer, a no reír
porque su cuerpo no vibra
hasta que las fuerzas la abandonan
entonces se desafía: rompe la gravedad
desarma las leyes de la anatomía
para volverse un ángel aferrado a un trozo tela viva
bailando, temiendo, llorando, suplicando en el aire
mintiéndole a la física y a la muerte
pues su arte es una expresión neta
de su amor al riesgo y a la adrenalina.
Y para amar a estos querubes silentes
cubiertos de sueños y desilusiones
hay que aguardar sus pies descalzos y fuertes
al final de una tarde fría.
Fotos de Patrizia Acebes
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