lunes, 24 de febrero de 2014

INSTANTES ESCONDIDOS..."COMO AGUA PARA CHOCOLATE"

"...Con cuidado, separar los pétalos de rosas, tratando de no pincharse los dedos, porque (a) es doloroso y (b) si los pétalos se impregnan de sangre, alteran el sabor del plato y puede provocar reacciones químicas peligrosas.

Pero Tita, con la profunda emoción de haber recibido un ramo de rosas de Pedro, no recordó ese pequeño detalle. Ésta era la primera emoción profunda que sentía desde el día de la boda de su hermana, cuando Pedro le dijo que la amaba. Mamá Elena sospechaba lo que podría pasar si Pedro y Tita tenían la oportunidad de estar solos. Hasta ahora, Mamá Elena se había ingeniado formas de mantenerlos a una distancia. Pero Mamá Elena no había anticipado la muerte de Nacha, la cocinera. Entre todas las mujeres de la casa, Tita era muy capaz de tomar la vacante de cocinera, y de la cocina escapaban los sabores, los olores, las texturas y lo que éstas pudieran provocar.
Tita era el último eslabón de una cadena de cocineras que sabían los secretos de la cocina, la mejor exponente de este maravilloso arte culinario. Por lo tanto, Tita fue nombrada cocinera oficial del rancho; esta noticia fue bien recibida por todos. Tita aceptó el cargo con agrado, pero sentía la ausencia de Nacha.
Tita se sentía muy deprimida porque, con la muerte de Nacha, Tita se encontraba muy sola. Como si hubiera muerto su propia madre. Pedro, tratando de levantar su espíritu, le llevó un ramo de rosas al cumplir su primer aniversario como cocinera del rancho. Pero Rosaura que esperaba su primer bebé, cuando vio que Pedro le dio las rosas a Tita y no a ella, Rosaura se marchó de la sala llorando.
Con una mirada, Mamá Elena ordenó a Tita que salga de la sala y que se libre de las rosas. Mamá Elena, con otra mirada a Pedro, le dio a entender que él podía remediar la situación. Pedro, pidiendo disculpas, salió en busca de Rosaura. Las rosas eran de color rosado, pero Tita las apretó con tanta fuerza, que la sangre de sus manos y su pecho las pintó de rojo. ¡Estaban las rosas tan hermosas! No era posible tirarlas a la basura por dos motivos. Primero, porque nunca había recibido flores; segundo, porque Pedro le había dado las flores. De pronto, escuchó la voz de Nacha, quién le dictaba al oído una receta prehispánica donde se utilizaban pétalos de rosa..."
Fragmento extraído del libro "Como Agua Para Chocolate"

Foto de Patrizia Acebes

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