EL MANIFIESTO AMBIENTAL DE NOAH SEALTH
"¿Como se puede comprar o vender el firmamento, ni aun
el calor de la tierra? Dicha idea nos es desconocida.
Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de
las aguas, ¿Como podrán ustedes comprarlos?
Cada parcela de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada
brillante mata de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío
en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto, es sagrada a
la memoria y el pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los
arboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas.
Los muertos del hombre blanco olvidan su país de origen
cuando emprenden sus paseos entre las estrellas, en cambio nuestros muertos
nunca pueden olvidar esta bondadosa tierra puesto que es la madre de los pieles
rojas. Somos parte de la tierra y asimismo ella es parte de nosotros. Las
flores perfumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la
gran águila; estos son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los
húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos
a la misma familia(...)"
(...) Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan
son las cenizas de nuestros abuelos.Inculquen a sus hijos que la tierra esta
enriquecida con las vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla.
Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que la tierra es
nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurriría a los hijos de la
tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos.
Esto sabemos: la tierra no pertenece al hombre; el hombre
pertenece a la tierra. Esto sabemos. Todo va enlazado, como la sangre que une a
una familia. Todo va enlazado.
Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos
de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; el es solo un hilo. Lo
que hace con la trama se lo hace a si mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo
Dios pasea y habla con el de amigo a amigo, queda exento del destino
común.
Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos
una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios.
Ustedes pueden pensar ahora que El les pertenece lo mismo que desean que
nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. El es el Dios de los hombres
y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco.
Esta tierra tiene un valor inestimable para El y si se daña se provocaría la
ira del creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las
demás tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados
en sus propios residuos. Pero ustedes caminaran hacia su destrucción, rodeados
de gloria, inspirados por la fuerza de Dios que los trajo a esta tierra y que
por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja.
Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por que se
exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones
secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el
paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes.. ¿Donde esta el
matorral? Destruido. ¿Donde esta el águila? Desapareció. Termina la vida y
empieza la supervivencia."
Fragmentos extraídos de la Carta del Jefe Indio Noah Sealth en 1854 al presidente Franklin Pierce.
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